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ASAURA_01 Obra firmada y numerada a lápiz por el artista.
1994
Serigrafia
125
Papel
50cm x 65cm
33cm x 42cm
La obra de Antonio Saura toma del surrealismo lo negativo, lo monstruoso, lo natural, lo violento y lo intuitivo, del Action Painting, toma el carácter gestual del proceso creativo y del informalismo, la abstracción.
De su extensa producción sobresalen las series Crucifixiones, historia de España, Multitudes, Retratos imaginarios o Saurimaquias.
Multitudes
En la serie Multitudes, la multitud adquiere una personalidad, una fisonomía propia, diferente a los de los elementos que la componen. La multitud es una avalancha de figuras distorsionadas que lo ocupan todo y que carecen de nombre.
Son anónimas porque su finalidad es la de constituir un todo. Se definen en relación al espacio que ocupan y al movimiento en el que se inscriben.
Saura elimina el espacio figurativo tradicional, el lugar en el que pueden moverse las figuras y lo convierte en espacio pictórico, donde destacan unos motivos. Cada uno de estos motivos deja de representar un singular, son un tipo.
Retratos imaginarios
En la serie de los Retratos imaginarios, Saura reduce la figura a esquemas elementales para luego recomponerla.
El Retrato imaginario de Felipe II está inspirado en el retrato del monarca que hizo Sánchez Coello. Felipe II es una figura monstruosa, destaca el énfasis del negro en el cuerpo y el sombrero, en su cara sobresalen los ojos y la fuerte quijada característica de los Austrias. Es un rostro de gran violencia, que queda potenciada mediante la energía del trazo.
El retrato imaginario de Brigitte Bardot es un retrato irreal, inventado, en el momento álgido de la artista. Lo importante aquí no es el parecido con la modelo, sino la imagen mental que nos hemos forjado del personaje. Utiliza el negro y el blanco para alcanzar la máxima expresividad.
En este retrato observamos la ausencia de profundidad, la bidimensionalidad, que será algo característico en su obra.
El grito es una obra del mismo año que el retrato de Brigitte y es estilísticamente similar. Una figura humana con piernas abiertas y brazos levantados, cuya cabeza se ha convertido en una gran boca que emite un grito. La pincelada es de trazo grueso, contundente, y conforma el contorno del personaje. El fondo, blanco y gris, enfatiza el aspecto tenebrista de la expresión de dolor.
La figura femenina será una constante en la obra de Saura. En 1977 realizó La cámara ardiente o Los amores célebres, pero con anterioridad había ejecutado La dama, Bailaora, Petite Dame o Lolita.
La sexualidad se convierte en un rasgo definitorio de las imágenes. El cuerpo de la mujer adquiere una gran violencia, que se agita por el deseo y porque es objeto mismo del deseo.
En su última etapa, rechazó el formato pequeño para crear composiciones de grandes dimensiones en las que introduce también el color. Algunos ejemplos son Transformaciones o Superposiciones.
Fue también un estudioso de la historia del arte, analizando obsesivamente la obra de Goya y en especial El perro que decoraba una de las paredes de la Quinta del Sordo.
Finalmente, falleció en 1998 en Cuenca.
http://www.arteespana.com/antoniosaura.htm
Obra firmada y numerada a lápiz por el artista.
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Mixta y óleo, 62cm x 90cm