En su obra se aprecia siempre un conocimiento y dominio técnico depurado, en el uso de las múltiples perspectivas, en el juego de los colores, en la superposición de los planos. Todo ello confiere una rigurosidad pictórica y un buen hacer que se mantiene y es cada vez más patente en su trayectoria.
Tras este buen hacer de la materia, se percibe la cualidad más trascendente en la obra de Isabel: su poesía. Lo poético en sus cuadros es lo que más nos alcanza, transmitiendo esa serenidad, esa melancolía apacible, ese deseo de paraíso casi inalcanzable con el que nos gustaría toparnos de frente, y en el que nos gustaría introducirnos para reposar sin fin.
Consagrada pintora y artista gráfica española, es quizás una de las mejores representantes del arte NAÏF español. El mágico encanto de Isabel Villar se transparenta en sus imágenes y sucesos casi oníricos que pueden recordar el Surrealismo.
En su obra se aprecia siempre un conocimiento y dominio técnico depurado, en el uso de las múltiples perspectivas, en el juego de los colores, en la superposición de los planos. Todo ello confiere una rigurosidad pictórica y un buen hacer que se mantiene y es cada vez más patente en su trayectoria.
Tras este buen hacer de la materia, se percibe la cualidad más trascendente en la obra de Isabel: su poesía. Lo poético en sus cuadros es lo que más nos alcanza, transmitiendo esa serenidad, esa melancolía apacible, ese deseo de paraíso casi inalcanzable con el que nos gustaría toparnos de frente, y en el que nos gustaría introducirnos para reposar sin fin.
Consagrada pintora y artista gráfica española, es quizás una de las mejores representantes del arte NAÏF español. El mágico encanto de Isabel Villar se transparenta en sus imágenes y sucesos casi oníricos que pueden recordar el Surrealismo.