Ha desarrollado una obra gráfica muy personal, contundente y homogénea, avalada por premios y reconocimientos nacionales e internacionales.
Larra ha realizado numerosas exposiciones colectivas e individuales y cuenta con obra en colecciones e instituciones como la Biblioteca Nacional, la Calcografía Nacional, Amnistía internacional y el Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid entre otras.
Recientemente el artista ha completado su formación gracias a la obtención de una beca en Japón que le ha permitido conocer y trabajar las técnicas tradicionales japonesas de grabado en madera.
La utilización iconográfica en la obra de estructuras de contenerización y transporte, aborda el fenómeno migratorio de forma indirecta. Larra establece un paralelismo entre los flujos del mercado de materias primas y productos elaborados y los flujos reactivos humanos, también de origen económico, potenciados y estimulados por la seducción que el aparato de producción y consumo de nuestras sociedades genera. Sin embargo, el individuo nunca aparece; Larra lo introduce en una elipsis voluntaria dotada de sentido.
Ha desarrollado una obra gráfica muy personal, contundente y homogénea, avalada por premios y reconocimientos nacionales e internacionales.
Larra ha realizado numerosas exposiciones colectivas e individuales y cuenta con obra en colecciones e instituciones como la Biblioteca Nacional, la Calcografía Nacional, Amnistía internacional y el Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid entre otras.
Recientemente el artista ha completado su formación gracias a la obtención de una beca en Japón que le ha permitido conocer y trabajar las técnicas tradicionales japonesas de grabado en madera.
La utilización iconográfica en la obra de estructuras de contenerización y transporte, aborda el fenómeno migratorio de forma indirecta. Larra establece un paralelismo entre los flujos del mercado de materias primas y productos elaborados y los flujos reactivos humanos, también de origen económico, potenciados y estimulados por la seducción que el aparato de producción y consumo de nuestras sociedades genera. Sin embargo, el individuo nunca aparece; Larra lo introduce en una elipsis voluntaria dotada de sentido.